domingo, 14 de junio de 2009

Espectacular celebración del 25º aniversario de la Federación Cántabra de Coros


El 25º Aniversario de la Federación Cántabra de coros ha resultado espectacular por la impresionante demostración de hondas raíces y afición coralista existente en Cantabria. El Palacio de Festivales de Santander se quedó pequeño para acoger a los 12 coros fundadores --Los Templarios somos uno de ellos-- que fueron desgranando sus canciones en el sonoro auditorio de la mansión de congresos. La velada finalizó de manera sensacional con todas las agrupaciones corales en el escenario, entonando el himno a Cantabria, con el público asistente puesto en pie acompañando la canción.


Fueron casi tres horas de concierto, en el que participaron doce de los 17 coros fundadores de la federación, cuatro de los cuales han desaparecido y otro no pudo participar. Las agrupaciones que tomamos parte fueron: Ronda Besaya, Orfeón Cántabro, Valle de Camargo, La Agrupación de Voces Graves de Los Templarios de Castro Urdiales, Ronda Altamira, Coral Santa María de Castro Urdiales, Coral Santa María de Solvay, Ronda Garcilaso, Coral Polifónica Portus Victoriae de Santoña, Coral Voces Cántabras, Los Corrales de Buelna y la Coral de Torrelavega. Un lujo de concierto con un excelente nivel artístico.

Los Templarios actuamos en cuarto lugar, interpretando dos canciones montañesas, la primera con sabor a salitre y puerto de mar, Súbela marinero, de Alfonso Ruiz Martínez, también considerada como popular dentro del género de canción marinera. Este compositor, de la Corriente Modernista, ha aportado a la música tradicional una forma nueva de entender éste género con la incorporación de las canciones más populares del litoral e interior montañés, es decir, de la lírica contemporánea a las corrientes actuales de la música internacional. La voz solista de nuestro tenor primero, José Luis Santamaría resonó vibrante en el auditorio del Palacio de congresos.

La segunda canción que interpretamos (cada coro sólo tuvo la oportunidad de interpretar sendas composiciones) fue Mi Jotuca, de Juan Guerrero Urreisti, un compositor nacido hace poco mas de cien años en San Sebastián, que se dedico a buscar la belleza de lo popular, descubriendo el espíritu y el sentimiento genuino de la música cántabra, que supo plasmar a través de casi doscientas composiciones relacionadas con las señas de identidad de Cantabria. Juan Guerrero Urreisti es uno de los compositores más representativos de la música regional costumbrista de Cantabria. Campurriano por adopción y por formación, conocía a la perfección los sonidos, las melodías, el léxico y el paisaje de Campoo. Recorrió todos los rincones del valle tomando apuntes, recogiendo ritmos y cantos, que posteriormente armonizaba para las voces y las agrupaciones que él mismo dirigía. Campoo fue su musa, numen de sus composiciones y libretos, que describen magistralmente y con gran pureza el carácter y el léxico de sus paisanos, la atmósfera de las fiestas, los cantos tradicionales y las costumbres ancestrales. Guerrero busca, en la armonización de cantos tradicionales, que la polifonía y la armonía no interrumpan ni enturbien la melodía, sino todo lo contrario, que ensalcen y subrayen su lirismo; su armonía es vertical, sencilla, clara y transparente. En sus propias canciones populares, combina a la perfección todos los elementos que configuran la estética popular, ritmo, cadencias y giros melódicos. Mi Jotuca, estrenada en 1955 , responde precisamente a este tipo de canción campurriana, tan arraigada en la tierra cántabra.

Y el final de la velada resultó, en realidad, mucho mas espectacular que el concierto, con todos los coros en el escenario entonando el Himno a Cantabria.

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