domingo, 11 de enero de 2009

Entrañable celebración de Reyes con los ancianos de La Residencia


El día de Reyes, como viene siendo habitual, acudimos a la celebración de la festividad acompañando a sus majestades Los Reyes Magos en su visita a la Residencia de ancianos de Castro Urdiales. Primero cantamos varias canciones religiosas y villancicos de nuestro repertorio en la Misa y, posteriormente, recorrimos las plantas donde se encuentran los ancianos interpretando villancicos en unos casos y canciones marineras y castreñas en otros, que fueron del agrado de los residentes. Una entrañable celebración, que repetimos cada año, y a la que nunca faltamos pues los ancianos de nuestro pueblo se lo merecen.


El oficio religioso, como suele ser habitual, le comenzamos con el Haec Dies, un psalmellus del día de Pascua del siglo 18 compuesto por Karl Maria Weber, un compositor que vivió entre 1786 y 1826. Corresponde al responsorio gradual gregoriano, un canto intercalado en las lecturas de la Santa Misa, con una densa estructura, en el que el coro canta la primera parte, que es repetida después del versículo, rico en pasos melismáticos destinados al solista. Constituye la exaltación de la gran fiesta, con la exhortación a la alegría y suele ser el comienzo del oficio religioso. Posteriormente, entonamos el Ave Verun, de Arturo Dúo Vital y el Aleluya.

Y como era tiempo de Navidad, nada mejor que cantar toda una retahíla de villancicos, que recientemente hemos incorporado a nuestro repertorio. Noche De Paz, compuesto originalmente por el clérigo austríaco Franz Xaver Gruber y que se estrenó en 1818 en la iglesia de San Nicolás de Oberndorf (Austria); siguiendo El Pequeño Tambolilero, Los Campanileros, Al Son del tiruliruliru, ¡Ay del Chiquirriquitín! y Campana sobre Campana. Y, finalmente, A Maitines, de J. Cantó.

Luego, después del oficio religioso, todos los componentes del coro Los Templarios recorrimos los pabellones cantando villancicos y, en otros casos, melodías marineras y de Castro Urdiales, que fueron tarareadas por muchos de los ancianos residentes en La Residencia.

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