domingo, 14 de diciembre de 2008

Muskiz: Un agradable, variado y festivo recital de canciones de Navidad


El concierto de Navidad del pasado sábado 13, en la localidad vizcaina de Muskiz resultó festivo y variado, acompañando a la Coral Ohiartzuna de la localidad vizcaina, que dirige nuestro viejo conocido y apreciado José Luis Sáez. Y aunque la velada tenía el marchamo de navideña, para esta ocasión preparamos un recital festivo, como aperitivo de estas fiestas tan entrañables. El lugar escogido para la ocasión fue el salón de actos del Meatzari Aretoa, un escenario en el que suele resultar complicado acoplar las diferentes cuerdas del coro por la sonoridad que se produce, pero que terminamos por encajar. El resultado: un recital que fue de menos a mas, de un comienzo prudente y tímido y un final vibrante y con confianza.


El concierto comenzó con la Coral Ohiartzuna en escena cantando Te Quiero, de Mario Benedetti y música de Alberto Favero, con Begoña Alday y Josu Anabitarte como solistas. Luego entonaron Feliz Rincón, de Nicolás Torre y, seguidamente, la coral muskiztarra y Los Templarios cantamos juntos el villancico A Maitines, de J. Cantó. Fue el prólogo de nuestro concierto festivo-navideño.

El resumen del concierto que Los Templarios interpretamos, lo comenzamos en la primera parte con el entusiasmo y alegría que nos transmiten estas fiestas, precisamente, con Festara una canción popular muy donostiarra que aparece cada año en la celebración de la Tamborrada donostiarra y que supone una forma de glosar la vida y, como este caso, la fiesta. Oles ezkonberriak fue nuestra segunda interpretación, una alegre composición del clérigo oñatiarra Francisco Madina con letra de un extracto de la obra Euskaldunak, de Nicolás Ormaechea “Orixe”, poeta vasco de gran renombre, que canta la vida tradicional, juegos y diversiones del pueblo rural vasco. Con la tercera canción nos fuimos hasta Bilbao, afinando Entre San Juan y San Pedro, de Víctor de Zubizarreta, un compositor bilbaino de la primera mitad del pasado siglo y que fue un virtuoso y precoz músico pues ya tocaba el órgano en la iglesia de San Nicolás de Bilbao a los 12 años. Fue, además, amigo del músico vaticanista Lorenzo Perosi, fundó la Schola Cantorum de Santa Cecilia en 1926 y fue el organista de la Basílica de Nuestra Señora de Begoña de Bilbao. Y como en Muskiz estábamos muy cerca del mar, entonamos el ya archiconocido Boga, Boga que no podía faltar para finalizar esta primera parte de festivas canciones populares vascas.

Luego, con Negra sombra viajamos hasta Galicia para repasar la intimista poesía de Rosalía de Castro hecha música mediante esta composición de Xoán Montes Capón. Y seguidamente, les ofrecimos la interpretación Las ruinas del Monasterio, de Sthele, una canción que podría considerarse como una forma de expresión musical espiritual, de sonidos monódicos y con fuerte presencia vocal, que intenta destacar virtudes y valores cristianos.

Y, a partir de ese momento, nos lanzamos al mar Cantábrico e hicimos un repaso por el folklore marinero-montañés. La primera de esta parte del concierto fue Súbela Marinero, una composición de Alfonso Ruiz Martínez, también considerada como popular dentro del género de canción marinera y que, todavía hoy en día, suelen cantarse en las numerosas veladas musicales. A la Orillita del Río fue nuestra siguiente canción, así mismo del laredano Alfonso Ruiz Martínez, autor de variadas composiciones montañesas, y que imaginó esta canción popular, que comienza con un recuerdo de amor muy dulce y melodioso y, posteriormente, se transforma y canta al amor frustrado y no correspondido. Seguimos con Date la Vuelta, una composición, de Arturo Dúo Vital, autor castreño nacido en 1901 que primero fue trabajador de banca y luego compositor y director de masas corales. Date la vuelta, subtitulada como canción-baile montañés a 3 y 4 voces viriles fue compuesta durante su encarcelamiento en la Guerra Civil en 1938. Todas sus obras corales se inscriben en el movimiento neoclásico, con importantes influencias de Igor Stravinski y de Francis Poulenc, y se caracterizan por prescindir del criterio de distribución orfeonista de las voces, tratando al coro como un instrumento armónico específico, cuidando aspectos de dicción, articulación vocal y empaste. Por su obra coral es considerado por muchos como el principal representante del regionalismo musical cántabro.

Y finalizamos con alegría, con L´ Empordá, una canción estrenada en 1908, con música del compositor catalán Enric Morera y Viura, un prolífico autor de música escénica. La letra es de Joan Maragall. Se trata de una sardana, las cuales tienen su origen en el siglo XVI, precisamente, en la región del Ampurdán donde han tenido más arraigo y fuerza, que son un tipo de música popular que se relaciona en las ancestrales danzas catalanas, consideradas como de culto al sol y que lo son porque el hombre rendía así con ellas, en círculo, un homenaje supersticioso al astro rey. La canción ensalza la belleza y personalidad de una región catalana, que Enric Morera resalta mediante identidades rítmicas, de forma que cada concepto o palabra tiene un significado que sobrepasa el presente y se proyecta al futuro.

Una preciosa, agradable y festiva velada musical.

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