lunes, 25 de febrero de 2008
Logramos clasificarnos para la final del Concurso de la Canción Popular de Cantabria 2008
El pasado sábado Los Templarios tuvimos cita con los nervios de la puesta en escena en la fase clasificatoria del Concurso de la Canción Popular de Cantabria 2008, porque aunque hayas dedicado tiempo y ensayos, nunca puedes estar seguro de cómo salen finalmente las cosas. En esta ocasión buscamos la suerte a base de ilusión, trabajo y armonía, que dio sus frutos, logrando clasificarnos para la fase final del mencionado certamen, el próximo 8 de marzo, en el Teatro Casyc de Caja Cantabria, junto a otros cuatro coros de ronda y siendo Los Templarios la única coral en esta fase final del concurso.
Lo cierto fue que terminamos contentos con nuestras dos interpretaciones, Salutación a la Montaña, de José Lucio Mediavilla, y Con Aire, Carretero, de Lucio Lázaro. Dos detalles, que en mi opinión fueron importantes a la hora de tranquilizarnos definitivamente: El primero fue la expresividad de nuestra directora, Izaskun Franco y el segundo la radical conclusión de mi compañero José Landaberea; que explicaré a continuación.
Personalmente, tengo la costumbre de fijarme en la cara que pone nuestra directora al final de cada interpretación y, aunque suele resultar difícil conseguir una expresividad de aprobación o desagrado, todos los humanos tenemos un gesto no controlado que delata nuestro estado de ánimo. Y, mi impresión fue de "bueno, os habeis portado bien, pero podeis mejorar". Considero que la batuta de nuestra directora es exigente, como no podía ser de otra manera, y que ella trata siempre de lograr los mejores y más armoniosos sonidos de nuestras ya cascadas gargantas. En esta ocasión creo que lo logró porque se le escapó una breve pero sincera sonrisa cuando nos retirábamos del escenario. Tal vez, nuestras voces habían ido decayendo un poco cuesta abajo según transcurría la canción, pero el aplauso del público disculpó este imperceptible defecto, sólo apreciable por los profesionales de la música coral.
Y a esta inicial percepción, debo de añadir el concluyente "bien, bien" de mi veterano compañero de cuerda, Landa, al entrar entre bambalinas, cuando ya nos retirábamos. Entonces, al menos para mi, los nervios se fueron disipando y podíamos comenzar a pensar que estábamos en la final.
Los Templarios afrontamos el concurso con dos interpretaciones montañesas bastante conocidas y que otros conjuntos vocales también cantaron: Salutación la Montaña y Con Aire, carretero. Y no nos salieron nada mal, aunque me gustaría dedicar un breve comentario a nuestro solista Emeterio Salvarrey "Terín", que afrontó su "sólo de carretero" con menos aire de lo habitual porque la gripe había hecho mella la noche anterior en su cuerpo y no se lo había dejado para demasiados ruidos. A pesar de todo, la voz de nuestro apreciado Terín resonó vibrante, brillante y llena de vigor montañés en el teatro Casyc de Caja Cantabria.
De todas formas, no se puede estimar que la resolución fuese fácil para los jueces del concurso. Calificar con claridad y contundencia a los coros de ronda y compararlos con las masas corales, como la nuestra, puede resultar complicado. Los denominados coros de ronda de Cantabria tienen unas características de música e interpretación diferentes a las corales de estilo mixto o de voces graves; las primeras cantan, normalmente, a dos voces y las masas corales solemos hacerlo a cuatro voces. Es una desigualdad bastante plausible y difícil de calificar, porque unas te pueden gustar mas que las otras, pero de alguna manera la gran divergencia reside en la diferencia de sonidos.
El próximo 8 de marzo, tendremos que competir con cuatro coros de ronda, que junto a Los Templarios de Castro Urdiales, han pasado a la final. Nos veremos "las gargantas" con el Coro Erecia, de Silió; el Coro Ronda El Tuberuco, de Santander; El Coro Ronda La Esperanza, de Requejo; y el Coro Ronda Valle de Camargo, de Maliaño. Será una dura competencia, pero por ilusión y dedicación Los Templarios no vamos a quedarnos atrás.
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